jueves, 29 de octubre de 2015

La felicidad como modelo de negocio.



Dice Richard Branson, que de negocios algo sabe, que” si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de los clientes”. Y ése es el modelo a seguir, el modelo de la felicidad. Los trabajadores y profesionales tienen motivos para estar hastiados de reuniones coactivas, en lugar de evaluaciones que permitan crecer; de correos electrónicos fuera de horario laboral, como si no tuvieran derecho al descanso;  de órdenes absurdas que se obedecen por la simple escala de mando, cuando una eficaz puesta en común haría al conjunto más eficiente…El modelo de presión empresarial hacia el profesional es tan obsoleto como ineficaz. Solo consigue profesionales amargados, fabricantes de currícula, soñadores de un trabajo ideal. Y evidentemente, un profesional en esas circunstancias, solo se deja llevar por el transcurrir de los días, sin dar el máximo de su capacidad productiva. Un trabajador que no es feliz no dará ni un ápice más de lo que le corresponda, porque no cree ni en su superior ni en su empresa. Y se irá a la más mínima oportunidad, en busca de esa felicidad profesional.
 Y entendamos felicidad no como mayor salario.  Estoy convencido de que en una hipotética encuesta no sería lo que aparecería en primer lugar como objetivo deseable. El dinero sirve para pagar las necesidades básicas, que ya es bastante, pero no te da  serenidad, tranquilidad y felicidad profesional. Hablamos de tiempo, confianza, conciliación familiar. Hablamos de disfrutar de un lunes a jueves, hablamos de no ponerte de mal humor el domingo por la tarde.
Las empresas felices tratan  a sus profesionales de igual a igual, confían en ellos,  le dan  libertad de horarios, delegan competencias y le otorgan auto-responsabilidad profesional. Fuera horarios rígidos marcados por horas y horas absurdas sentadas ante un ordenador, navegando en redes sociales.  Y los viernes tardes libre, basta ya del presentismo laboral mientras el jefe empieza su fin de semana a las dos de la tarde. Todos iguales. Empresa productiva. Empresa feliz.
¿Es este modelo difícil de implantar en las empresas? No; es innovador y valiente de emprender. En Equity sabemos hacerlo porque, de hecho, lo hacemos y además asesoramos a nuestros clientes si lo quieren implantar en sus empresas. Si quieres, podemos hacerlo contigo. Atrévete a ser feliz.


Diego Blanco Roses

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